El manga “Kami-sama” no Iru Ie de Sodachimashita: Shuukyou 2-sei na Watashi-tachi fue cancelado debido a protestas por parte de una organización religiosa.
La revista Weekly Flash informo que la editorial Shueisha canceló el manga, “Kami-sama” no Iru Ie de Sodachimashita: Shuukyou 2-sei na Watashi-tachi, escrito e ilustrado por Mariko Kikuchi, luego de que este recibiera críticas por parte de la organización religiosa “Happy Science (Koufuku no Kagaku)“.
Happy Science, conocido anteriormente como el Instituto para la Investigación de la Felicidad Humana, es un controversial nuevo movimiento religioso y espiritual fundado en Japón el 6 de octubre de 1986 por Ryuho Okawa y que, es considerada como una secta.
La sinopsis del manga es la siguiente:
«Los niños que nacen en familias religiosas no pueden elegir su fe y se ven obligados a vivir bajo las enseñanzas religiosas de sus padres.
Se forman estilos de vida únicos basados en diferentes principios religiosos, el efecto de la fe en la relación entre padres e hijos y los conflictos que surgen de la vida en una congregación.
La serie muestra a los hijos de familias religiosas, cómo crecieron y superaron las dificultades para abrirse camino en la vida. Las historias fueron reconstruidas a partir de las experiencias de la propia autora y de las personas que entrevistó.
Pero todos los nombres se cambian por seudónimos».
El manga se lanzaba por el servicio digital Yomitai desde el pasado 22 de septiembre, siendo el 26 de enero la publicación de su quinto capítulo, sin embargo, la editorial lo retiró el 10 de febrero, ofreciendo disculpas por, según ellos, “ofender a una religión o grupo de creyentes en particular“.
Una declaración, más informativa, fue dada el 17 de marzo, donde informaban que los demás capítulos serían retirados debido a una “insuficiente comprobación de los hechos“, sin mencionar a Happy Science.
Mariko Kikuchi, la autora del manga, comento al medio Weekly Flash que anteriormente su editor le dijo que cambiara los dibujos del altar y de la institución en el quinto capítulo pero, más tarde le informaron repentinamente que debía revisar todo el manga.
También comentaron que entrevistar a una sola persona era una investigación insuficiente, pero no recibió respuesta cuando preguntó cuántos entrevistados eran suficientes. Dijo que se negó a modificar el manga y pidió que se pusiera fin a la serialización en su lugar, percibiendo las ediciones como un medio de suprimir las voces de los que han abandonado los grupos religiosos.
La mangaka argumentó que su obra no pretendía ser una crítica hacia alguno de esos grupos, sino una representación de una historia de vida personal.
«Desde ese punto de vista, creo que sería extraño mostrar una consideración excesiva hacia los grupos religiosos. Incluso Shueisha entendió que estaban diciendo algo poco razonable, pero supongo que habían ido demasiado lejos para echarse atrás ahora“
A pesar de lo comentado por Kikuchi, el investigador de grupos religiosos marginales, Yoshirou Fujikura, la situación presenciada en el manga evoca a tácticas hechas por Happy Science, mismas que han generado un efecto inquietante en los medios de comunicación japoneses en los últimos años.
«Si echamos la vista atrás a los últimos 1-2 años, incluso cuando ha habido escándalos relacionados con grupos religiosos, no se informa de sus nombres.
Muchos medios han informado sobre el caso de Kikuchi, pero ninguno ha mencionado a Happy Science por su nombre»
comentó el investigador.
El departamento de relaciones públicas de la organización religiosa Happy Science comentó a la Weekly Flash que sabían del manga de Kikuchi, sin embargo Shueisha sigue insistiendo que la decisión fue tomada de forma independiente.
«El manga de Kikuchi contiene numerosas inexactitudes y una representación injusta y negativa de la fe y sus enseñanzas. También confunde el tema de los niños que buscan la independencia de sus padres con el tema de la fe religiosa.
En cuanto a la decisión de retirarlo, creemos que Shueisha llegó a esa conclusión mediante un debate independiente»
declararon.
Mientras tanto a Kikuchi le parece preocupante esta situación, ya que atenta a la libertad de expresión y la libertad artística.
«Se está convirtiendo en un tabú tratar la religión».
comento al respecto.
«Estoy firmemente en contra de alterar una historia según lo que dicte un grupo religioso. Si se ha vuelto tan inadmisible representar la religión como tema, entonces la libertad de expresión ya se ha erosionado hasta tal punto que sólo existe de nombre»,
Más tarde aclaró en Twitter que está agradecida al departamento editorial por protegerla, aunque le hubiera gustado que también protegieran el manga.
¿Tú que opinas al respecto?
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