La obra será invisible… Pero el dinero si era real.
El artista italiano, Salvatore Garau, ha dado mucho de que hablar en los últimos días, pues ha presentado al mundo su «obra inmaterial»: Io Sono (Yo soy), una obra invisible que no se puede tocar… Pero si vender a buen precio.
Y por increíble que parezca, hubo alguien interesado en comprarla, siendo el «afortunado» coleccionista un hombre de Chile, quien pagó 18 mil dólares por ella (casi 400 mil pesos mexicanos).
La veracidad de una obra invisible…
Garau tiene una larga trayectoria en las artes plásticas, y al momento de la venta de su “escultura”, aseguró que no engañó a nadie ya que “está vendiendo un ‘vació” (OK).
Junto con la flamante obra invisible, Salvarore entregó un certificado de “autenticidad ” que menciona lo siguiente:
Estas palabras, que al parecer tienen alguna especie de sentido para gastar 18 mil dólares, expresan que para «poder mostrar» la obra, se debe colocar en un espacio libre de obstáculos de 150 cm X 150 cm donde la iluminación sea basta, entre otras especificaciones que le dio al comprador, y con esto los pensamientos se acumularían en un punto especifico… De nuevo, OK.
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