Amon Amarth utilizó a la Arena CDMX como Drakkar.
Este 6 de Noviembre era la fecha pactada para que los Vikingos llegarán a las aguas de la CDMX, con la visita de Amon Amarth, y acompañados por Kerry King quien fue el encargado de hacer apertura y dejar a todos los fans más que energizados para hacer Moshpit y por que no salir volando entre la gente.
De mano de Zignia Live, Music Vibe y Alternative PR, llegó la fecha postulada para hacer caer la Arena CDMX, donde mareas de personas con ropas negras, cabello largo y parches en sus chalecos se dieron cita para disfrutar de una gran concierto.
¡Tradición Nórdica, Metal, y Cerveza!
Desde el primer acorde, la banda sueca dejó claro por qué es una de las más grandes dentro del género. La apertura fue con «Guardians of Asgaard», uno de los temas más emblemáticos, que generó un estallido de euforia en el público. Las gigantescas pantallas de video y la imponente escenografía inspirada en los mitos vikingos crearon una atmósfera de invasión nórdica, con truenos, fuego y símbolos de los dioses del Valhalla.
Amon Amarth liderado por Johan Hegg, mostró una gran conexión con su audiencia, alternando entre la brutalidad de sus riffs y melodías épicas. La voz gutural de Hegg, siempre poderosa y clara, se complementó con las guitarras de Olavi Mikkonen y Johan Söderberg, que entregaron solos que fueron tanto veloces como melódicos. La sección rítmica, con Ted Lundström en el bajo y Jocke Wallgren en la batería, mantuvo un ritmo imparable que hizo vibrar las paredes del recinto.
La llegada de los Himnos Vikingos.
La Explosión llego cuando la banda presentó sus himnos como «Twilight of the Thunder God», «The Pursuit of Vikings» y, por supuesto, «Deceiver of Gods», que desataron un verdadero mosh pit. El público no paró de saltar, gritar y alentar a la banda durante todo el show. Hegg intercambiaba frases en español y agradecimientos que generaban un vínculo inmediato con la audiencia.
El público se subio al Drakkar de Amon Amarth mientras la banda hacia vibrar las vigas de la Arena CDMX, sin duda una fiesta Vikinga fue la creada por la agrupación que nunca dejo duda de porque el público mexicano los quiere tanto.
Al compás de «Heidrun» todos en la Arena alzaban sus cervezas para disfrutar de un poco de refresco, pues la temperatura del Moshpit estaba a la orden del día.
Una noche vikinga que difícilmente se olvidará!
En resumen, el concierto de Amon Amarth en la Arena CDMX fue una experiencia imponente, que combinó la brutalidad del metal con el espectáculo visual y la mística de la cultura vikinga. Sin duda, una de las noches más memorables para los amantes del metal en la Ciudad de México.
Queremos agradecer a Zignia por la Invitación