Doomblade ha llegado para divertirnos y acelerar nuestras pulsaciones
Este año hemos tenido y tendremos un buen número de Metroidvanias, entre los cuales destacan… bueno no les diremos, porque sería una Blasfemia (2) hablar de otro juego mientras reseñas este, así que mejor hablemos enteramente de Doomblade, una nueva e interesante propuesta.
Dejando de lado estas referencias forzadas, es momento de que hablemos del metroidvania sidescrolling que tal vez no prometa ser el más innovador, o que rompa el internet, pero si viene fuerte para ser el más frenético y con mayor movilidad de todos.
Muro Studios este año se lució con Doomblade, un juego en el que apuesta por su mecánica principal, la movilidad y combates frenéticos, si no sabes si comprarlo o no, aquí, en No Somos Ñoños, tienes nuestra reseña sin spoilers.
Sinopsis:
Doomblade se nos vende como un metroidvania en 2D en el cual la vertiginosidad está a la orden del día, podríamos decir sin miedo a equivocarnos que este juego podría ser lo que sea menos genérico, tedioso y aburrido.
Su mecánica principal, de la cual hablaremos más adelante, es una joya y si te gustan los bullethells, pues aquí tú serás lo equivalente a la bala, así como también tiene lo bueno de los metroidvania clásicos.
Historia
En Doomblade nos encontraremos con Gloom Girl, nuestra protagonista es la última de su especie, que empieza a escuchar susurros en su cabeza que la invitan a adentrarse más en su mundo, esto hasta que encuentra la Doomblade, una gigante y poderosa espada roja la cual será su compañía en esta mientras van descubriendo los secretos de este tan basto y colorido mundo, mientras se hacen más y más poderosos juntos, para al final derrotar a los captores y encargados de la desgracia, los Dread Lords.
Mecánicas:
En Doomblade tenemos una principal característica y es de la que hablaremos mas:
La forma de movimiento, aquí tenemos el movimiento básico que es con el teclado para movernos lateralmente (AD), eventualmente usaremos la tecla “S” para romper el piso debajo de nuestros pies y con espacio realizaremos saltos, así como dashear, pero en cuanto entramos al combate o con punto a los que podamos pegar es, ahí donde cambia la cosa y para bien, MUY BIEN.
A los enemigos nos enfrentaremos con nuestra poderosa espada y para pegarles habrá que hacer clic izquierdo sobre ellos, me explico, en el mapa tendremos como un “monstruo” que representa el puntero del mouse, cuando queramos atacar a uno o varios enemigos tendremos que ir siguiéndolos con este puntero para poder asestarles golpes.
Pero es justo ahí donde empieza lo divertido, tendremos que usar a los demás enemigos para poder esquivar golpes o disparos de estos, ya que al dar click sobre un enemigo hacemos un mega dasheo hacia este.
Además, algo que nos encantó, es que llega un punto en que los enemigos no solo están para molestarnos, sino que también son una mecánica para alcanzar lugares previamente inaccesibles.
En cuanto a las habilidades, iremos desbloqueando nuevas cada cierto tiempo para poder mejorar nuestra espada, algunas de ellas los podremos activar con el clic derecho de nuestro mouse y, como es costumbre en este género podremos desbloquear nuevos caminos para adentrarnos en el mundo que Doomblade nos propone.
Además, tendremos una dimensión alterna llamada El vacío o The Void, que nos permitirá recorrer más rápido el mapa, aunque para nuestro gusto están un poco (bastante) separados entre si estos accesos, haciendo que, si bien nos ayude a llegar a lugares distantes más rápido, nos hubieran gustado unos cuantos más por el mapa.
Y… básicamente eso es lo relacionado a las mecánicas.
En cuanto a los jefes estos pueden llegar a ser desafiantes, pero no en extremo, después de unos pocos intentos podrás contra ellos, eso sí, morir contra ellos no se siente injusto ya que tenemos MUCHA libertad en cuanto a movimiento.
Apartado audiovisual.
Algo que hay que aplaudirle a Doomblade, es que cada bioma es totalmente diferente al anterior, no tenemos pierde, cada uno está muy bien detallado y tiene una personalidad propia.
Los fondos de cada bioma enriquecen mucho la ambientación, hacen que sientas que pasaste de una mina a un templo olvidado, o llegaste a la región industrializada del lugar, entre muchos otros biomas.
Por su parte algo que tenemos que decir es que los enemigos, aunque varían en cada zona, tienden a ser muy repetitivos después de un rato, aunado a esto no se sienten naturales sus movimientos e incluso podríamos decir que se ven como acartonados o tiesos. Tal vez así fueron diseñados, pero sentimos que sus siluetas desentonan un poco con su entorno.
La banda sonora fue creada por Brian Skeel, teniendo un tema para cada zona del juego para que la inmersión sea aún más completa. Pasaremos por unos cuantos géneros musicales, tales como electrónica, metal o suaves melodías. Por otro lado, los sonidos de los golpes, saltos, caídas, etc. Están sumamente cuidados y se nota el cariño con que los hicieron para Doomblade.
Lo bueno y lo malo de Doomblade:
Lo bueno:
Gameplay muy divertido
Buena banda sonora
Mundo muy detallado
Combate vertiginoso
Lo malo:
Enemigos repetitivos y toscos
Nos hubiera gustado mas portales al vacío.
En conclusión Doomblade es un juego que todos los amantes del género metroidvania deberían probar debido a lo divertido que es y que saca un poco de la zona de confort.