En No Somos Ñoños sus historias son igual de importantes que las de cualquier empresa, desarrollador o integrante del equipo. Nos gusta que la comunidad crezca, que otros se nutran de sus experiencias.
Hoy les compartimos la historia de Don Gabriel, el abuelito Mr. Satán.
El día 6 de agosto llegó a nuestro correo un mensaje del sobrino de Don Gabriel. Al inicio nos pusimos muy felices de ver esa tierna imagen. Sin embargo, después de terminar de leer el mensaje nuestro corazón ñoño se rompió.
En él nos solicitaban contar su historia, así que no dudamos en compartir esto con ustedes:
https://www.facebook.com/NoSomosNonos/photos/a.150177868903074/460513041202887/?type=3&theater
Sinceramente, el apoyo de la comunidad de No Somos Ñoños, fue grande, cálido y sincero. Días después llegó a nuestro buzón un mensaje donde la familia agradecía a todos ustedes por el apoyo brindado en esos momentos tan difíciles.
Les compartimos el mensaje, porque finalmente ustedes lo hicieron posible:
Como lo prometimos, a continuación les platicaremos lo que pasó…
Don Gabriel durante años luchó contra una grave enfermedad en su corazón, pero luchó y resistió hasta que su sueño se cumplió.
Menciona su hija que él anhelaba tener nietos, y después de tanta espera, en 2017 la magia sucedió ¡Don Gabriel iba a ser abuelito! y qué mejor sorpresa, su nieta nació en el mismo mes que él.
De esta manera, en agosto 2018 la familia organizó un gran festejo, y como los cumpleaños eran cercanos, decidieron festejarlo juntos un día sábado. El cumplía 55 años y ella 1 año de vida.
La temática fue de Mr. Satán y Pan, entrañables personajes del anime Dragon Ball. Y no lo neguemos, el parecido fue increíble, pero aún más, el amor que Don Gabriel tenía por su pequeña nieta.
https://www.youtube.com/watch?v=ZlQfAl6_2T8
Pero a veces las tragedias son inevitables, y en agosto de este año Don Gabriel perdió la lucha. Lo irónico es que 4 días después de su partida, su segundo nieto nació. Aún así, no tenemos duda de que Mr. Satan sigue cuidando con mucho amor a su familia y a sus nietos.
Personalmente no puedo negar que en estos momentos estoy llorando al escribir esta nota. Es conmovedor saber que el amor trasciende, se mantiene y que puede verse reflejado en momentos tan especiales.
Gracias a la familia Díaz por compartirnos esta bella historia. Y a la vez agradecemos a nuestra comunidad por ayudarnos a sacarles una sonrisa en estos momentos tan difíciles.
Si tú, la persona que está leyendo esto, tiene una historia por contar, ten por seguro que aquí encontrarás un espacio para ser escuchado y apoyado. Hoy más que nunca sabemos que el amor ñoño rompe barreras…