Cuando Tom Clancy’s The Division fue lanzado en marzo del 2016, en sus primeras 24 horas vendió más copias que cualquier otro título en la historia de Ubisoft y rompió los récords de ventas de la compañía en todas las plataformas. Después de dos años de vida, la popularidad de The Division se encuentra en su punto más alto.
Para Fredrik Brönjemark, director de operaciones en línea y en vivo de Massive Entertainment, el apogeo de este juego no hubiera sido posible sin el enorme aporte de un cierto grupo de jugadores, quienes fueron invitados a Malmö, Suecia, para colaborar de cerca con el equipo de desarrollo. En entrevista, Fredrik nos cuenta cómo fue la historia de trabajar con ellos y qué beneficios encontraron para el futuro.
A continuación algunas palabras por parte de Fredrik Brönjemark
Los huéspedes fueron apodados como la Elite Task Force (ETF) quienes brindaron una gran cantidad de datos y experiencia de primera mano sobre lo que pasa dentro del juego. “Fue algo difícil, pero conseguimos un avance muy importante porque nos ganamos la confianza de los jugadores y la certificación de que somos una compañía abierta que escucha las demandas de la comunidad, lo cual fue vital en ese momento”, comenta Fredrik Brönjemark..
Por primera vez en la historia de Massive Entertainment la comunicación se había convertido en una vía de dos canales. Le preguntaron a la Elite Task Force qué cambios le gustaría ver en The Division, entonces el equipo le confesó sus planes y encontraron que ambos tenían ideas que coincidían mucho, pero notaron varios ángulos de exploración de los cuales no se habían percatado nunca. “Es increíble escuchar a alguien que ha destinado 1,400 horas al juego. Ellos dominan hasta el más mínimo de los detalles, lo conocen mejor que los desarrolladores y eso nos llevó a descubrir un sendero distinto de configuración”, apunta Fredrik Brönjemark.
Combinando toda la práctica de la ETF con el conocimiento técnico de Massive Entertainment, el recién formado grupo se enfocó en los elementos más esenciales. Con ello no sólo lograron edificar las bases de futuras actualizaciones, sino también contribuyeron para que el equipo obtuviera una óptica distinta del gameplay.
¿Qué tan útil fue la mancuerna entre jugador-desarrollador?
Fue muy útil para ayudar a perfeccionar a otros juegos desde la gestación inicial, lo cual logró que tanto el personal como los representantes de la comunidad gamer quedaran satisfechos con los resultados. “Se hicieron amigos y eso fue parte esencial para pulir al juego en todo sentido. Cuando hablan de ello se sienten muy orgullosos porque intervinieron en el proceso creativo. Para mí, entender sus cualidades y visiones como videojugadores fue la clave de la iniciativa Elite Task Force”, asegura Fredrik Brönjemark.
Pero, ¿cuándo comenzaron a ver cambios?
La satisfacción entre los usuarios se disparó desde el lanzamiento de la actualización 1.4 y el título se encuentra en el punto más alto de toda su historia. Cabe destacar que ninguno de los dos bandos imaginó que la unión de sus fuerzas concluiría en tan sorprendente escenario.
Fredrik Brönjemark también afirma que la participación de este grupo élite fue trascendental para el porvenir de la franquicia: “Son personas dispuestas a seguir ayudándonos. Quieren ser parte de la solución y encuentran mucha felicidad en jugar, para luego aportar sus ideas”. Actualmente, The Division sigue siendo un juego muy popular, ya sobrepasó la marca de los 20 millones de usuarios y continúa siendo vigente para los jugadores gracias a nuevos retos y flamantes recompensas. Brönjemark confiesa que la reestructuración de The Division influyó mucho en el desarrollo de The Division 2, pues su equipo es el mismo que trabajó en la primera entrega y todo ese aprendizaje fue inyectado en la secuela.