Agradecemos a Straight Back Games por proporcionarnos una copia de Devour para la elaboración de esta reseña.
| Desarrolla: Joe Fender, Luke Fanning | Género: Cooperativo, Horror, Survival |
| Distribuye: Straight Back Games | Clasificación: M |
| Jugadores: 1-4 jugadores multijugador | Plataforma: PC Steam |
| Estreno: 28 de enero de 2021 | Idioma: Español, Alemán, Italiano (+20) |
Devour es un juego de terror y supervivencia cooperativo para 1 a 4 jugadores. Detén a los cultistas poseídos antes de que te arrastren al infierno. Corre. Grita. Escóndete. Solo no dejes que te atrapen.
El género de survival horror asimétrico lleva años buscando su lugar fuera de los grandes nombres, y aunque Dead by Daylight sigue siendo el referente al terror en equipo, hay propuestas nuevas que se abren camino con personalidad.

Devour, el juego desarrollado por Straight Back Games, no inventa la fórmula, pero sí la hace más directa, frenética y perfecta para compartir con amigos. ¿Tu papel? Integrar un grupo de cultistas dispuestos a detener a un montón de demonios y espíritus. Suena intenso… y lo es.

Mecánicas simples, tensión garantizada
Hasta cuatro jugadores deben reunir objetos rituales (como cabras, ratas o huevos, según el mapa) y llevarlos al lugar del sacrificio. El proceso parece sencillo, pero cada avance enfurece a la entidad principal, que acelera, invoca más enemigos y convierte el mapa en una trampa viviente a cada paso que des. El sistema de progresión es escalonado: entre más rituales completos, más agresiva la respuesta del ente.

El uso de la linterna UV es clave para sobrevivir, ya que permite aturdir brevemente a las criaturas. Sin embargo, su energía es limitada y debe recargarse, lo que obliga a decidir cuándo combatir y cuándo esconderse. En los modos más complicados, como Nightmare, la recarga desaparece y hay que buscar baterías mientras escasean los botiquines, creando momentos de tensión y coordinación si es que quieres sobrevivir.

Experiencia cooperativa pensada para el caos
Si buscas un juego para disfrutar en solitario, esta no es la opción, definitivamente Devour brilla cuando se juega en grupo. Tiene chat de voz integrado, lo que permite planear estrategias (o soltar gritos cuando alguien se lo lleva el ente). Cuando un jugador cae, alguien debe curarlo con un botiquín, pero hacerlo mientras el enemigo sigue cerca puede convertirse en una escena digna de película de terror.

Su diseño apuesta por la simplicidad: nada de interfaces complicadas, solo observar, reaccionar y ejecutar. Las partidas suelen durar entre 40 minutos y poco más de una hora, aunque por su naturaleza repetitiva, no es un juego para sesiones maratónicas. Se disfruta más en momentos puntuales, especialmente con amigos o para stremear y sacar unas buenas reacciones.

Evolución, contenido y VR
Desde su lanzamiento en 2021, Devour ha crecido en contenido. Hoy ofrece más mapas, nuevos personajes, opciones cosméticas e incluso un modo VR que lleva el terror un paso más allá. La premisa sigue siendo la misma, pero la presencia de escenarios diferentes y cambios en la estructura del ritual aporta variedad sin perder identidad. Sin duda si quieres un mapa que te enchine la piel y te haga frustrarte, juega Carnival, un nivel hecho solo para los valientes.

Visualmente Devour luce mejor de lo que se espera para su precio, y el diseño de audio juega un papel muy importante para crear tensión. Murmullos, pasos lejanos y cambios repentinos son parte del espectáculo. No es el juego más pulido ni narrativamente destacable, pero no trata de serlo, ofreciendo una propuesta directa y sencilla, pero efectiva.

Conclusión de Devour
Devour es un survival horror cooperativo divertido, intenso y con ideas claras. Ideal para noches entre amigos o para poner a prueba tu reacción bajo presión. Aunque puede volverse repetitivo con el tiempo y no todos los elementos del género están completamente pulidos, su relación calidad-precio y la posibilidad de jugarlo en VR lo convierten en una apuesta recomendable.

En pocas palabras, Devour es un juego de terror cooperativo que no reinventa nada, pero vaya que sí sabe cómo ponerte a correr.

