Reseña- Dollhouse: Muñeca Maldita

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Dollhouse: Muñeca Maldita, cuando el consuelo se vuelve pesadilla

Dollhouse: Muñeca Maldita, cuando el consuelo se vuelve pesadilla

Agradecemos a Más Que Cine Cinépolis por permitirnos ver Dollhouse: Muñeca Maldita, una cinta de terror japonesa realmente sorprendente, aquí mi reseña:

Estreno: 06 de noviembre 2025Género: Horror
Duración: 1h 49 min.Clasificación: B
Dirige: Shinobu YaguchiDistribuye: Más Que Cine Cinépolis
Guionista: Shinobu YaguchiTítulo original: Dollhouse
País: JapónElenco: Kôji Seto, Tetsushi Tanaka, Ken Yasuda

La propuesta de horror japonés se renueva con fuerza en Dollhouse: Muñeca Maldita, dirigida por Shinobu Yaguchi, quien hasta ahora era más conocido por sus comedias como Waterboys o Swing Girls. Esta vez se adentra en el terreno del thriller psicológico con tintes sobrenaturales, entregando una obra que mezcla duelo, culpa y muñecas inquietantes con el sello clásico del terror japonés.

Dollhouse: Muñeca Maldita

La historia plantea algo aparentemente sencillo pero cargado de emotividad, una pareja japonesa, Kae Suzuki (Masami Nagasawa) y su esposo Tadahiko (Kōji Seto), enfrenta la muerte de su hija de cinco años, Mei. En medio del duelo, la madre encuentra en un mercado de antigüedades una muñeca de tamaño real que se parece escalofriantemente a la niña fallecida. Con ella busca consuelo, una presencia tangible que la ayude a sobrellevar la pérdida.

Años después, la pareja tiene una nueva hija, y la muñeca reaparece de forma inquietante, junto a sucesos que perturban la aparente normalidad del hogar.

Ese planteamiento hace que el horror no venga únicamente por la aparición de lo sobrenatural, sino por la vulnerabilidad emocional de sus personajes: el duelo no resuelto, la culpa, la sustitución de lo perdido. Ese es el terreno fértil que Yaguchi cultiva para que la muñeca, cuyo nombre es Aya, pase de ser objeto de consuelo a catalizador del terror, y vaya que es escalofriante desde su primer aparición.

Una de las cosas que más admiré de la película está en su atmósfera. A contracorriente del horror explosivo o basado en sustos constantes, Dollhouse opta por el silencio, por la inquietud que se instala en la cotidianeidad, niños corriendo por la casa, sonidos, jugar con lo real y alucinaciones. Recupera el espíritu del j-horror clásico, en el que el miedo brota de la sugestión, de lo que no se ve del todo, de la quietud antes del estallido.

Dollhouse: Muñeca Maldita

El diseño de la muñeca es otro elemento importante e inquietante, obra del especialista en efectos prácticos Kakusei Fujiwara, Aya está inspirada en las muñecas tradicionales del período Edo y posee una asimetría facial que, según el ángulo de cámara, le otorga expresiones distintas. Esa sutil variación contribuye a ese efecto de “algo no está bien” que mantiene al espectador en constante tensión.

Las locaciones también aportan al aislamiento emocional y físico, la filmación incluyó escenarios atmosféricos como una pequeña isla conectada al resto de la tierra solo cuando baja la marea. Esa sensación de fragilidad del entorno se traslada directamente a los personajes.

La dirección apuesta por el terror lento, la construcción de una historia y atmosfera, el encuadre preciso, la cámara que observa con atención y la muñeca que, aunque aparentemente pasiva, ejerce una presión silenciosa sobre la familia. Masami Nagasawa nos da un papel intenso como Kae: su duelo, su culpa, su intento de “reemplazar” lo perdido con la muñeca y luego la tensión que se instala al ver que lo nuevo (la segunda hija) convive con lo antiguo (la muñeca) son el corazón emocional de la película. La actuación logra transmitir esa ambivalencia entre ternura, obsesión y horror latente.

Koji Seto, como Tadahiko, cumple con el rol de padre que trata de sostener la familia, pero cuya impotencia ante la pérdida y los fenómenos que se desencadenan lo muestran también vulnerable. El personaje de la nueva hija, introduce la inocencia y el vínculo primitivo con la muñeca, lo que hace que la amenaza tenga un blanco más doloroso.

La muñeca Aya, aunque inanimada, se convierte en uno de los “personajes” más efectivos de la cinta apenas con encuadres largos, silencio y su mirada fija, se convierte en el centro del horror. Esto confirma que el diseño de producción, el maquillaje y los efectos prácticos cumplen un rol protagónico.

Reseña- Dollhouse: Muñeca Maldita 1

Aunque la película funciona como terror puro, también plantea reflexiones profundas:

  • El duelo y la sustitución: la idea de que el objeto (la muñeca) puede reemplazar lo perdido, y el conflicto que esto genera cuando la vida real regresa (la nueva hija).
  • La culpa: Kae se siente responsable por la muerte de Mei y busca consuelo en la muñeca. Ese acto de “dar vida” a un objeto es al mismo tiempo sanador y peligroso.
  • Lo no resuelto: lo sobrenatural actúa como metáfora de las heridas que no sanan. La muñeca regresa, no porque esté poseída exclusivamente, sino porque el recuerdo no se deja atrás.
  • La infancia y la mirada del otro: la nueva hija y la muñeca conviven, lo que plantea qué es lo real, qué es el reemplazo, qué es la memoria proyectada.

Conclusión:

Dollhouse: Muñeca Maldita es una película de terror que cumple, escalofríos, tensión y una reflexión sobre la fragilidad humana bajo la forma de un juguete inquietante. La dirección de Shinobu Yaguchi consigue dar un giro inesperado a su carrera, pasando de la comedia al thriller con notable solvencia. La producción destaca especialmente cuando el miedo se gestiona desde lo cotidiano, desde la sutileza más que desde la exageración.

Para el aficionado al terror japonés que valore las atmósferas, el diseño, los silencios y las muñecas que observan desde la penumbra, esta cinta es una apuesta sólida. No es un “terror de sustos fáciles”, sino de esos que se quedan contigo después de que las luces se encienden.

Si lo que buscas es un espectáculo trepidante lleno de efectos extremos, quizá debas ajustar tus expectativas. Pero si disfrutas del terror que se infiltra lentamente bajo la piel, Dollhouse puede ser una experiencia inquietante y emocionalmente poderosa.

Reseña- Dollhouse: Muñeca Maldita 2