El mundo del arte y el cine lamenta la muerte de Drew Struzan.
El mundo del arte y del cine lamenta profundamente el fallecimiento de Drew Struzan, el mítico creador de algunos de los carteles cinematográficos más icónicos de la historia. Struzan murió el 13 de octubre de 2025 a los 78 años de edad, según lo confirmó un comunicado en su cuenta oficial de Instagram.
Una vida dedicada al arte del póster
Nacido el 18 de marzo de 1947 en Oregon City, Struzan estudió en el ArtCenter College of Design, donde desarrolló su talento para la ilustración. Debido a limitaciones económicas en sus primeros años, optó por el mundo de la ilustración en lugar de la pintura pura, convirtiéndose en un maestro del póster cinematográfico.
A lo largo de su carrera, Drew Struzan realizó más de 150 carteles para filmes legendarios: Star Wars, Indiana Jones, Regreso al futuro, Blade Runner, E.T. el extraterrestre y Harry Potter, entre muchos otros. Su estilo —combinación de aerógrafo, pintura acrílica y detalles elaborados— guardaba una humanidad y calidez que quedaron tatuadas en la memoria visual de generaciones.
Aunque se retiró oficialmente tras el estreno de Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal (2008), ocasionalmente regresaba para proyectos especiales, como el cartel de Star Wars: El despertar de la Fuerza.
Una batalla silenciosa contra el Alzheimer
En 2025, su esposa Dylan Struzan reveló que Drew padecía Alzheimer avanzado, lo que lo había dejado sin la capacidad de pintar o incluso firmar sus obras. En sus últimos meses, vivió una lucha privada contra esta enfermedad devastadora, que lamentablemente se sumó al ocaso de un talento tan grande.
Legado imperecedero
El impacto de Drew Struzan trasciende la estética: sus carteles no eran simples anuncios, sino piezas narrativas que ampliaban el universo visual de cada película. Para muchos, sus ilustraciones definieron la época dorada del cine en los 70, 80 y 90.
Su obra seguirá viviendo en salas, estuches de coleccionista y disfrute de nuevas generaciones. En un mundo cada vez más dominado por lo digital, el legado de Struzan recuerda el valor del trazo humano, del talento artesanal y de la pasión puesta al servicio de la imaginación.
