Reseña: Orbhand (Steam)

Introducción

Hemos visto en Stacklands la creación de un subgénero al combinar la administración de recursos y supervivencia con los juegos de cartas. Aunque suene sencillo, resultó en un invento creativo y adictivo. Era normal que eventualmente surgieran juegos que tomaran las bases de Stacklands y buscaran expandir su concepto. Orbhand es justamente eso: un juego inspirado en su antecesor, que adopta sus bases y ofrece nuevos elementos de acción y temática. ¿Tendrá Orbhand la personalidad suficiente para separarse de su influencia? En No Somos Ñoños ya lo probamos y te contamos nuestra experiencia.

Deals with The Devil

Orbhand es un juego de administración de recursos y construcción en un formato de cartas, donde deberemos completar una serie de misiones para vencer a un demonio que realizó un trato con nuestro protagonista, el mago. Si ganamos, nuestro protagonista recuperará su cabellera, ya que la edad lo ha dejado calvo. Sin embargo, si pierde, el demonio no dudará en llevarse su alma.

Nos llevarán a un mapa donde comenzaremos con el mago y podremos empezar a generar recursos, los cuales se utilizarán para crear estructuras, nuevos materiales e incluso personajes que servirán como aliados. Cada elemento está representado como una carta que podemos administrar a nuestro gusto: podemos colocarla en cualquier punto del mapa, apilarla para ordenarla o combinarla para crear nuevos objetos.

¡Expande tu mundo con el poder de la magia en Orbhand!

A primera vista, Orbhand es un juego de construcción con elementos de combate. Deberemos expandir nuestro territorio para derrotar enemigos y avanzar hasta llegar a los jefes finales. Orbhand sabe cómo introducir sus mecánicas para que el jugador entienda qué hacer en todo momento: cuenta con una lista clara de objetivos, cada elemento se distingue por colores, dispone de un tutorial accesible en todo momento y la lista de materiales para cada estructura está siempre presente. En general, el juego es intuitivo y no toma más de unos minutos captar qué hacer para avanzar.

El dinamismo de Orbhand es entretenido. Al principio, las misiones servirán para familiarizarte con los elementos y, poco a poco, te obligarán a explorar nuevas partes del mapa y prepararte para incursiones contra oleadas de enemigos. Además, tiene ese toque adictivo de los juegos de cartas y construcción que te intriga por descubrir qué nuevas estructuras podrás crear. Se trata de construir un sistema de recolección y construcción eficiente sin que la administración se te salga de las manos. En ese aspecto, sentimos que está bien logrado: entretiene y plantea un buen desafío sin sentirse injusto.

El problema de la interfaz

Ahora, no todo es perfecto, ya que encontramos detalles en Orbhand que hicieron la experiencia algo molesta. Para empezar, conforme avanzas, comienzas a tener diferentes formatos de mesa de trabajo para crear distintos objetos, lo que hace tedioso el cambio constante de método de fabricación. Luego, cuando ya cuentas con más recursos, organizarlos o mantener el control sobre ellos puede volverse agobiante, sobre todo por la interfaz del juego. Incluso al usar el botón de reorganizar, nos encontrábamos algo perdidos con el orden.

Un estilo original

Las visuales de Orbhand son atractivas. Tiene un estilo caricaturesco, simple pero original, como si fueran bosquejos en un cuaderno de estudiante o «cartoons» de los años 80-90. Sin embargo, el mapeado carece de variedad de colores y panoramas. Los diseños de las cartas también son sencillos pero pintorescos; cumplen su función al diferenciarse bien entre sí. Nos agradaron especialmente los diseños de los personajes y enemigos. A pesar de su sencillez, resulta un estilo original que no siempre vemos en un videojuego.

Una aventura corta, pero correcta

En unas pocas horas podrás completarlo. Tal vez necesites uno que otro intento para adaptarte a su jugabilidad y administración de recursos, pero una vez dominadas las mecánicas centrales y al enfocarte en las misiones principales de combate y expansión, no te tomará más de un par de días. La dificultad está bien balanceada: las batallas son desafiantes, pero puedes avanzar sin la necesidad forzada de repetir el bucle de recolección de recursos constantemente.

Conclusión

En conclusión, Orbhand es un juego sencillo, tierno y entretenido, pero que peca en su mala optimización de interfaz y organización. Si no fuera por esto, el juego sería excelente. Sin embargo, la frustración de sentir que el «desafío» más grande del título es lidiar con textos pequeños, objetos que se apilan con los botones del menú o la incomodidad de movilizar las cartas, hace que pierda puntos. Al final del día, Orbhand tiene personalidad en su estilo, y si logras sobrellevar su interfaz, te encontrarás con un juego entretenido que te hará pasar una buena tarde. Esperamos que los desarrolladores puedan mejorar los aspectos técnicos del juego, ya que, de hacerlo, sería un juego 100% recomendado.

A destacar

-Jugabilidad intuitiva.

-Visuales carismática.

-Dificultad equilibrada.

A mejorar

-Interfaz poco optimizada.

-Falta de variedad de los escenarior.