Presencia, drama familiar con un toque sobrenatural.
Agradecemos a Diamond Films por permitirnos encarnar a un fantasma en Presencia, una cinta de drama y terror poco común, aquí te dejamos nuestra reseña.
Estreno: 27 de Febrero 2025 | Género: Drama, Suspenso |
Duración: 1h 25m | Clasificación: B15 |
Dirige: Steven Soderbergh | Distribuye: Diamond Films |
Guionistas: David Koepp | Título original: Presence |
País: Estados Unidos | Elenco: Callina Liang, Lucy Liu, Chris Sullivan, Eddy Maday |
Rebekah (Lucy Liu), su marido (Chris Sullivan) y sus dos hijos, Chloe y Tyler, comienzan a sentir una extraña presencia tras mudarse a una nueva casa. Estos sucesos los llevarán a cuestionarse la naturaleza de la misteriosa entidad. Desde la perspectiva del espectro observamos cómo la dinámica familiar se ve perturbada por un pasado que los acecha.

Se sabe que Soderbergh es de esos directores a los que les gusta experimentar con la realización de una película, desde utilizar algún tipo de dispositivo para grabar, el género cinematográfico o la perspectiva de quien cuenta la historia, y Presencia es una de esas facetas experimentales: el género «terror» y la historia que es contada y visualizada desde la perspectiva del fantasma. Esta película llega a salas para desconcertar e inquietar al público, pero ¿es realmente buena?
Un viaje desde el mas allá.
Después de la pérdida de su mejor amiga, Chloe y su familia se mudan a una nueva casa de dos pisos, donde pretenden. En esta casa los espera una presencia, aquella que está presente en casi todo momento y testigo de un drama familiar, quienes no notan la existencia de ese algo a su alrededor, excepto por Chloe, quien poco a poco se va dando cuenta de que la presencia está cerca de ella tratando de comunicarle algo.

Soderbergh, junto con el guionista David Koepp, busca entregarnos una cinta de terror, pero que al mismo tiempo no contiene los elementos clásicos del género. Lamentablemente para cualquier fan que busque salir temblando de la sala, Presencia no será lo que busca, pero si deseas experimentar una historia donde el protagonista es el espectro, con momentos desconcertantes y un buen final, bienvenido, Presencia puede ser de lo más diferente que encuentres en estos años.
Presencia se siente como una cinta experimental, ya que mezcla el uso de la cámara en primera persona, drama familiar y aspectos sobrenaturales, donde el verdadero protagonista es el fantasma, quien, a partir de su existencia, nos permite explorar la historia de la familia que acaba de llegar a la casa, invadiendo en todo momento la privacidad de los personajes, pero no lo hace solo porque sí; existe un propósito dentro de este acoso. Poco a poco, tanto nosotros como la misma Presencia nos vamos dando cuenta de cómo la historia se pone más tensa, y un oscuro secreto se va revelando mientras ni nosotros ni el ser espectral podemos alertar directamente de algunas situaciones turbias.

La cámara y la fotografía juegan un papel crucial, ya que es como una visita guiada predeterminada, en la que no podemos interferir y solo ver. Utilizando tomas largas y a veces de lugares como armarios, seguimos principalmente a Chloe y el drama que acompaña su vida. La casa, un lugar con poca luz y muy clásico de suburbio americano, son los escenarios retratados desde la mirada de la presencia. Logrando que el espectador se convierta en pasajero de esta historia y testigo de varios secretos. Este recurso es efectivo para lograr empatizar con el espectro y la coprotagonista de la historia.
Es difícil poder explicar la sensación de esta cinta, que quede con un sabor agridulce. Es buena cinta, pero le hace falta un algo para sobresalir, convirtiéndola en una experiencia particular en la que, por momentos, no pasa algo: ser testigos de momentos privados de la coprotagonista y esa sensación de impotencia por informar que algo está mal. A través de todas estas emociones que poco a poco se van intensificando, llegamos a un final poco predecible que le dan una vuelta interesante a la película.

Conclusión:
Presencia se siente como algo experimental con calidad del director Soderbergh, acompañado del guion del veterano David Koepp, en el cual se juega con el espectador dejándolo con la sensación de frustración y desconcierto al no poder actuar en momentos cruciales o saber más sobre la historia y personajes. Aunque la cámara en primera persona no es innovadora, la forma de utilizar este recurso para adentrarnos a un drama familiar es ingeniosa, y el cierre de la película es bastante bueno. Cuesta trabajo entender el trabajo y conectar con los personajes de la familia, pero durante la trama lograrás sentirte parte del fantasma acechador y su necesidad por expresar algo.
