Reseña: Diablo IV – PlayStation 5 (sin spoilers)

Introducción

El tiempo ha llegado, desde el 2019 en la Blizzcon que muchos entusiastas de la franquicia de Diablo han tenido la paciencia para le avenida de la siguiente entrega oficial de uno de los rpg de acción más icónico, uno que se ha resguardado entre décadas y que incluso sus primerOs títulos aún son disfrutadas por una gran comunidad.

Si, en los últimos tiempos Blizzard ha sido blanco de polémicas que ha mitigado su férrea reputación y nos ha dejado en la incertidumbre de qué nos esperará con sus futuros juegos. Pero en esta reseña no buscamos tomar referencias de las decisiones corporativas de una empresa para influenciar nuestra opinión que tengamos de Diablo IV, es nuestra búsqueda evaluar este título tal cómo es y establecer si es un digno sucesor de la franquicia. En No Somos Ñoños ya probamos Diablo IV y te comentaremos el juego (sin spoilers).

Lilith retorna en todo su esplendor

Años han pasado desde los sucesos de Diablo III: Reapers of Souls y Santuario ha sido un lugar de penurias para cualquier bando y criatura, la guerra entre la divinidad y los seres de la oscuridad resulta eterna y la humanidad estar en medio de un campo de guerra que le supera. En medio del caótico mundo que presenciamos un grupo de forajidos y un joven escolar, por ingenuidad, liberan a Lilith, Hija de Mephisto, quien buscará recuperar el poderío de Santuario y sumergir a la humanidad a su propia liberación, aunque bajo los términos de la mismísima Lilith.

Sumergido en un continente donde la humanidad es dominada a sus deseos más oscuros bajo la influencia de Lilith, nosotros, un aventurero que al entrar en un pueblo ya entregado a nuestra antagonista, nos hacen establecer un vínculo con ella por la fuerza, uno que nos permitirá develar sus planes y paradero, será nuestro interés detenerla antes de que domine Santuario en su totalidad.

Una nueva antagonista se roba el show

A decir verdad, debemos felicitar al equipo narrativo, establecer un nuevo antagonista y jugar con las expectativas de los jugadores puede ser desafiante, pero Lilith logra imponer y ser una perfecta rival en nuestra aventura. Es imponente, puedes presenciar su influencia en todo el reino incluso si no está directamente presente, es alguien maquiavélica y que generalmente estará pasos delante de nosotros en todo momento y nuestra aventura recaerá en tratar de alcanzarla, incluso si es una tarea que pareciese imposible.

La preocupación de ofrecer un mundo interesante

Diablo IV ofrece un excelente mundo a explorar en términos narrativos, iremos conociendo a diferentes personajes de interés que nos ayudarán en nuestra aventura, cada uno con su grado de relevancia para entregarnos un mundo que no solo presenta una inmensa amplitud de exploración, sino que también no reúne con seres que nos interesa conocer y seguir en cada acto. Se nota la preocupación del equipo de crear un mundo lleno de contenido y crea una atmosfera lúgubre adecuada a la temática de persecución que vivimos.

Y todo se complementa con excelentes cinemáticas que crean una preciosidad de atmosfera, con una calidad visual que cualquier estudio animado quisiera emular. En su todo, narrativamente, Diablo IV sigue la fórmula de su franquicia de forma digna, con los cambios necesarios para no caer en la repetitividad.

Si no está roto no lo cambies

En su jugabilidad, Diablo IV no rompe barreras en entregar algo revolucionario, pero sabe optimizar la formula clásica y lo complementa con un mar de contenido secundario que permitirá estar horas explorando sin aburrirnos. Navegaremos el mundo desde un punto de vista isométrico (desde la altura con cierto grado de inclinación), mientras nos topamos con oleadas de enemigos, visitamos pueblos, aceptamos misiones o completamos mazmorras, el continente es vasto y hay mucho contenido que descubrir.

Podremos elegir entre 5 clases, cada uno con su propio árbol de habilidades de múltiple ramificación que permitirá personalizar a nuestro personaje a un estilo de combate apropiado a nuestra comodidad. Irás consiguiendo equipamiento en proporción a tu nivel entregando un sistema gradual de mejora hasta maximizarlo en los niveles finales (100 es el nivel máximo de personaje, cosa que no se logra terminando la campaña, sino que es un proceso que nos tomará finalizar en el post-juego).

Los pequeños cambios en jugabilidad de Diablo IV

El combate mantiene los parámetros clásicos de la franquicia pero con pequeños detalles que, aunque no es un salto grande para llamarlo novedoso, ofrece un pequeño grado de diferenciación a los otros títulos. Continúa siendo frenético, incentivando el uso de múltiples habilidades que optimice el mejor daño posible, con encuentros especiales de enemigos o jefes con mejoras puntuales.

Se añade un sistema de evasión con tiempo de reutilización, las batallas de jefes toman esto en cuenta y obliga a buscar el momento preciso para utilizarlo y no caer en los patrones de ataques de nuestros rivales. El sistema de inventario resulta cómodo, podremos recolectar diversos materiales en nuestro viaje que nos ayudará a crear mejoras en los pueblos aliados. Los personajes de apoyo clásicos como el herrero y la joyera vuelven y habrán cientos de personajes ofreciéndonos misiones.

Un mar de misiones te espera

Cosas que hacer habrán en todo momento ya sea para avanzar en la campaña como para disfrutar de una sesión de exploración aleatoria, te toparás con mazmorras tematizadas, pequeños subterráneos complementarios, en fin, si algo destaca Diablo IV es la masividad de su contenido y lo más importante, aunque hay que aceptar que muchas de sus misiones recaerán en enfrentar oleadas de demonios o un jefe particular, el juego es divertido, desafiante y nos entrega un sentimiento de mejora gradual que ayuda a motivarnos a realizar estas tareas.

Y si, la propia campaña puede durar perfectamente 30 a 40 horas dependiendo de que tanto te desviaste de tu camino para completar otras misiones. Siempre se podrá priorizar hacer las misiones principales y acortar ese tiempo, pero el disfrute de Diablo IV en general es la exploración espontánea y conocer todo lo que nos ofrece mientras nos abrimos paso en el mapa. Y es eso, el contenido disponible hasta terminar la campaña puede abarcar hasta las 40 horas y luego tenemos un mar de contenido post-juego incluyendo el aumento de dificultad, el sistema de paragón para potenciar aún más nuestro personaje, mazmorras exclusivas tras terminar la campaña y un futuro sistema de temporada como en Diablo III.

El perfecto panorama con amigos

Y jugar con compañeros, ya sea PVP o cooperativo siempre será la parte esencial de todo juego de Diablo, la experiencia no estará completa si es que no lo juegas con un amigo/a o con un grupo de aventuras y disfrutan de derrotar millares de demonios y jefes mientras crean el personaje perfecto. Diablo IV no es la excepción a esta regla y si fuera el único juego que tuvieras para jugar con alguien, sería suficiente, porque serán horas de diversión en una sola campaña, pero todos sabemos que si te enganchas buscarás superar el juego múltiples veces.

Visuales correctas

La primera queja real que acarreamos en Diablo IV es su calidad visual, fuera de las espectaculares cinemáticas, creemos que el juego nos presenta un mundo poco atractivo en comparación a su antecesor. Hay una mejora de rendimiento, pero su presentación como tal no nos convence, la paleta de colores aunque adecuada a su temática, no resguarda algo sorprendente, solo es correcto. En comparativa, Diablo III nos presentaba un mundo aunque lúgubre, colorido, con muchos elementos que complementaban el mapeado, Diablo IV se siente algunos paramos vacíos de contenido y repetitivos en visuales. No queremos inferir que esté mal hecho, pero no es sorprendente, es solo adecuado.

Preocupaciones por la Tienda Virtual

Como jugamos directamente la Beta para esta reseña no estaba habilitada la tienda que estará disponible en su estreno y por ahora preferimos esperar a su apertura y generar nuestra opinión en otra ocasión. Por ahora son elementos cosméticos los que estarán  a la venta y una versión Premium del pase de temporada. Solo podemos decir que tal vez no somos los más entusiasmados al concepto de que un juego de 70$ dólares busque bloquear su contenido por una muralla de pago adicional (esto es para Diablo IV y cualquier juego que haya caído en este nocivo sistema de pagos y una crítica a nosotros mismos, que en algún punto terminamos normalizando esto en algún punto).

Conclusión

Diablo IV ofrece una rica narrativa con una particular, pero bien construida antagonista y aunque no establece un cambio brutal en su modo de juego o mecánicas, si nos entrega una masividad de contenido inicial que solo irá creciendo con el tiempo. Es tan divertido y vicioso como cualquier otro juego de la franquicia y todavía sigue siendo una gran experiencia multijugador. En eso se resume: la misma fórmula clásica, pero con mucho contenido a explorar.

Sabe transformar tareas o misiones repetitivas en algo divertido por medio de un sistema gradual de mejora, es divertido ir probando cada clase y habilidades y eventualmente optimizar todo con un equipo adecuado.  Creemos que continúa la tónica de ser un juego que cualquier jugador, noviciado o veterano de la franquicia, pueda agarrar y pasar una gran sesión de juego sin aburrirse.

Solo deseamos que no haya futuras decisiones corporativas que puedan mermar la experiencia del juego como tal, pero eso ya entra en el reino de nuestros deseos y especulaciones. En el presente, recomendamos aventurarnos en Diablo IV y enfrentarnos a la temida Lilith.

A destacar:

-Tan entretenido como cualquier Diablo.

-Una narrativa excelente con una antagonista bien construida.

-Gran cantidad de misiones y un vasto mapa.

-Excelente cooperativo.

A mejorar:

– La estética visual no resulta tan impresionante.

– Aunque entretenido, no ofrece grandes novedades de jugabilidad.

– Sistema de micro transacciones que aunque solo nos presentará cosméticos, resulta doloroso ver estos sistemas en un juego de pago.