La Sala recreativa de Sega es digna de una escena post apocalíptica
En el año 2011, la humanidad fue testigo de uno de los desastres naturales más catastróficos de su historia: a las 2:46 p. m. del 11 de marzo, un terremoto y un tsunami de magnitud 9.1 en la escala de Richter y con epicentro en la costa de Honshu, azotaron Japón de manera tan terrible que aún hoy día las heridas en su pueblo siguen abiertas.
Desde luego, al tratarse de una calamidad de apocalípticas proporciones, es lógico pensar en las centenas de historias que se ciernen en la estela de su tragedia; muchas de ellas, por supuesto, no llegan a las afueras de los mares que rodean al país del sol naciente y, tal vez, si no fuese por el poder de internet, muchas de ellas quedarían sepultadas en el olvido.
Dentro de aquellas anécdotas, se destaca el llamado Accidente Nuclear de Fukushima I, un incidente ocurrido a la misma hora y fecha que el terremoto, obviamente, por consecuencia del mismo. Una planta nuclear operadora por la empresa TEPCO, ubicada en el pueblo de Ōkuma, en la prefectura de Fukushima, Japón —bastante cerca del epicentro del terremoto, por cierto— sufrió graves daños en sus reactores de agua, provocando un accidente cuyos efectos son equiparables con lo ocurrido en Chernóbil en 1986.
Como ustedes comprenderán, el incidente provocó pérdidas humanas y de infraestructura bastante significativas desembocando en la triste realidad de hoy en día: el pueblo de Ōkuma se ha convertido en un pueblo fantasma. Toda su población tuvo que dejar sus vidas atrás ante el inclemente ambiente del lugar, todas las edificaciones quedaron a merced del paso del tiempo y el abandono; y es justamente uno de estos lugares el que nos atañe al presente artículo.
Sega World es una propuesta de la legendaria compañía de videojuegos, hogar de Sonic The Hedgehog, que consiste en salas recreativas y de entretenimiento en general con toda la ambientación y parafernalia de la compañía, siendo las sedes de Reino Unido y Sídney los más concurridos y famosos; esa misma fama es compartida con la otra sede de Sega World en Fukushima, aunque, por desgracia, por razones funestas.
Recapitulando el contexto, el desastre nuclear provocó la evacuación del pueblo Ōkum, dejando la sede de Sega World de Fukushima en total abandono, pues los niveles de radiación son lo bastante hostiles como para considerar su peligrosidad. Tal como ocurre con la ya citada ciudad de Chernóbil, las imágenes de las estructuras con avanzadas marcas de deterioro han sido los cimientos de la fascinación de los entendidos y entusiastas de estas historias, convirtiendo la sala de Arcade de Sega en, quizás, el principal “sitio de interés” del pueblo.
De un par de años a la fecha, el lugar comenzó a acaparar la atención gracias, en gran parte, a Bob Thissen, un Youtuber y explorador urbano de origen holandés que tuvo a bien realizar un recorrido por las instalaciones abandonadas del Sega World de Fukushima con su respectivo respaldo en foto y video sobre lo que, hoy día, son sólo escombros y deterioro.
Algunas de las imágenes que ilustran el presente fueron tomadas por el mismo Thissen en su exploración en este Sega World; y como pueden ustedes apreciar, las condiciones en las que se encuentra, si bien no son completamente devastadoras, sí logran proyectar una extraña sensación que eriza la piel. Basta con ver las máquinas apagadas, el polvo acumulándose sobre las atracciones y los pasillos repletos de escombros para sucumbir al impacto y afrontar el desafío que implica imaginar tiempos mejores en este lugar, épocas en donde los chicos y grandes se atiborraban para probar las novedad del mundo del videojuego y entretenimiento que Sega podía ofertar entonces.
El recorrido de Thissen por las instalaciones abandonadas es digno de echarle un vistazo, pues no sólo nos sirve como guía tanto en el lugar y su historia, sino que también nos plantea hechos y contextos así como una muestra fidedigna de su presente no sólo del Sega World, sino a toda la región de Fukushima afectada por la tragedia en una serie dedicada de lleno a ello, misma que aquí les compartimos desde su primera parte.
Sin duda alguna, Accidente Nuclear de Fukushima I, aún con no tener el “impacto mediático” —marcadas comillas— que tienen algunos otros incidentes en la historia, es una tragedia que ha dejado una cicatriz indeleble en el rostro de su gente.
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